ESPAÑOL DEBAJO.
March 18th is Global Recycling Day. While recycling seems to be one of the greatest things we can do with our waste, is recycling actually the best way to go? Of course, it is better than throwing everything in the same bin but isn’t there something more efficient we can do?
Let’s talk about plastic, plastic has taken a big place in the media over the last years, but is recycling plastic the solution? Let’s start at the beginning, the process in which plastic is made; to create plastic, you must first drill for oil using big engines, transport this crude oil to a refinery, distillate (heat it) to separate gas from liquids and then manipulate the polymers to create different plastics.
Even before being used, our plastics already carry a heavy carbon footprint and it doesn’t stop there. Once we finish with our plastics, we throw them into the recycling bin and forget about it.
But it doesn’t just disappear.
So, where is our plastic really going?
Our plastic waste is often sent to other countries to be recycled. This not only has a huge ecological cost, due to transportation but also just relocates the real issues elsewhere. The present dumping ground of choice is Malaysia. In October last year, a Greenpeace Unearthed investigation found mountains of British and European waste in illegal dumps there. As in China, the waste is often burned or abandoned, eventually finding its way into rivers and oceans.
A Science Awards study has shown that 91% of plastic is not recycled. The vast majority is accumulating in landfills or sloughing off in the natural environment as litter. Meaning: at some point, much of it ends up in the oceans. This leads to harming wildlife, poisoning fish and other aquatic wildlife and poisoning our precious water. Not to mention all the plastic-filled fish that end up on our plates and in our stomachs.
Plastic takes up to 400 years to degrade, so most of it still exists in some form. If present trends continue, by 2050, there will be more plastic than fish in the ocean and over 12 billion metric tons of it in landfill. That amount is 35,000 times as heavy as the Empire State Building.
And even for the plastic that is actually recycled, it doesn’t turn into a new item magically. To make a recycled bottle, you need to collect, clean, heat, melt, transform, mold, therefore it doesn´t come free of a carbon footprint.
Recycling isn’t the solution, reducing waste is.
A better way to decrease our carbon footprint is to re-think our consumption habits and reduce our waste. Refuse to use single-use items, don’t buy food wrapped in plastic, buy food at the local farmers market, buy in bulk to reduce packaging, shop secondhand, donate used goods and compost organic waste. These are just some of the many ways to lighten our carbon footprint and save the planet from plastic. MOST OF ALL we can make a real change just by looking in our bins.
By changing our relationship with packaging, consumption habits, thinking twice before buying an item, using reusable shopping bags, avoiding single-use containers and bringing our own utensils, we can drastically reduce the amount of waste we produce every day, week, month and year. Recycling is one great gesture for the planet, but reducing waste is the real game changer.
-Noémie Bizien @noemibn_
¿Dónde acaba realmente tu basura?
El 18 de marzo es el Día Mundial del Reciclaje. El reciclaje parece ser una de las mejores cosas que podemos hacer con nuestros residuos, ¿es realmente la mejor manera de ayudar? Por supuesto, es mejor que tirar todo en la misma papelera, pero ¿no hay algo más eficiente que podamos hacer?
Hablemos del plástico, el plástico ha ocupado un lugar importante en los medios en el últimos años, pero ¿reciclar el plástico es la solución? Empezamos por el principio, el proceso en el que se fabrica el plástico; para crear plástico, primero se debe perforar para obtener petróleo utilizando motores grandes, transportar este crudo a una refinería, destilarlo (calentarlo) para separar el gas de los líquidos y luego manipular los polímeros para crear diferentes plásticos.
Incluso antes de ser utilizados, nuestros plásticos ya llevan una huella de carbono pesada y no se detiene allí. Una vez que terminamos con nuestros plásticos, los tiramos al reciclaje, sacamos el contenedor el día de la recolección y nos olvidamos de ello. Pero no simplemente desaparece.
Entonces, ¿adónde va realmente nuestro plástico?
Nuestros residuos plásticos a menudo se envían a otros países para ser reciclados. Esto no sólo tiene un enorme costo ecológico, debido al transporte, sino que también simplemente reubica los problemas reales en otros lugares. El actual vertedero elegido es Malasia. En octubre del año pasado, una investigación desenterrada por Greenpeace encontró montañas de desechos británicos y europeos en vertederos ilegales allí. Al igual que en China, los desechos a menudo se queman o abandonan, con el tiempo acaban en ríos y océanos.
Un estudio de Science Awards ha demostrado que el 91% del plástico no se recicla. La gran mayoría se está acumulando en vertederos o tirados en el medio natural como basura, significando que en algún momento, gran parte de ella termina en los océanos. Esto conduce a dañar la vida silvestre, envenenar a los peces y otras especies silvestres acuáticas e intoxicar nuestras preciosas aguas. Por no hablar de todos los peces rellenos de plástico que terminan en nuestros platos y en nuestros estómagos.
El plástico tarda hasta 400 años en degradarse, por lo que la mayor parte todavía existe de alguna forma. Si las tendencias actuales continúan, para 2050 habrá más plástico que peces en el océano y más de 12.000 millones de toneladas métricas en vertederos. Esa cantidad es 35.000 veces más pesada que el Empire State.
E incluso para el plástico que en realidad se recicla, no se convierte en un nuevo artículo mágicamente. Para hacer una botella reciclada, es necesario recoger, limpiar, calentar, derretir, transformar, modelar, así que no está libre de huella de carbono.
Reciclar no es la solución, reducir los residuos si lo es.
Una mejor manera de disminuir nuestra huella de carbono es re-pensar en nuestros hábitos de consumo y reducir nuestros residuos. Negarse a usar artículos de un solo uso, no comprar alimentos envueltos en plástico, comprar alimentos en el mercado local de agricultores, comprar a granel para reducir los envases, comprar de segunda mano, donar productos usados y compostar residuos orgánicos. Estas son sólo algunas de las muchas maneras de aligerar nuestra huella de carbono y salvar el planeta del plástico. SOBRE TODO podemos hacer un cambio real con solo mirar en nuestros residuos.
Al cambiar nuestra relación con el embalaje, nuestros hábitos de consumo, pensar dos veces antes de comprar un artículo, usar bolsas de compras reutilizables, evitar envases de un solo uso y traer nuestros propios utensilios, podemos reducir drásticamente la cantidad de residuos que producimos todos los días, semanas, meses y años. Reciclar es un gran gesto para el planeta, pero reducir los residuos es el verdadero cambio de juego.
-Noémie Bizien / @noemibn_